De
repente sonrió y sintió como si una mariposa se le estuviera posando en el
estómago, recordando que su futuro esposo descansaba en la habitación de al
lado y estaba justo al girar la
manecilla de la puerta; tan cerca que si la abría, escucharía sus ronquidos
ligeros y respiraría el olor característico de su perfume añejado entre las sabanas.
Tras pegarse la bata de algodón al pecho
para mantener el calor corporal, se dirigió a la cocina y calentó un poco de
agua, tomó jengibre fresco de la alacena y empezó a machacarlo. Alphonse lo
había comprado en un mercado oriental que quedaba a menos de una cuadra. Se
dispuso a echarlo en la olla hirviendo para hacer un té. Era lo único que le
quitaba el frio, ya que detestaba el café y algunos tés artificiales le
causaban un poco de alergia.
Paula todavía conservaba las costumbres de
pueblo, de cocinar con raíces naturales, sazones hechos en casa, las
tradiciones culinarias que en estos tiempos en países y ciudades muy
desarrolladas, ya no se ven.
Ese día tenía mucho de importante, era su
boda, la de Paula Martínez y Alphonse
Urz. No había felicidad que comparara el hacer sus sueños realidad junto al
hombre que amaba. Tampoco se lo podía creer que por fin y fuera de sus tierras,
encontrara la felicidad.
— ¿Qué hace la mujer más hermosa del
universo despierta a estas horas? —preguntó Alphonse con voz ronca.
—Según las reglas de la tradición, no
puedes ver a la novia antes de la boda. —dijo ella tapándole los ojos cuando él
estuvo a pocos centímetros de su cuerpo.
—Pues a mí me vale madre las tradiciones
cielo, eres mía y es lo que me importa. —insistió dándole un beso tibio aun con
los ojos cerrados.
—Eres un malcriado. —Paula fingió enojo
mientras las manos de su novio rodeaban su estrecha cintura. Llevaba puesta una
bata de seda blanca, y otra muy gruesa por encima para cubrirse del frío.
—Con ese cuerpo que tienes, es difícil
poder cumplir con nuestro pacto de no vernos ni tocarnos hoy. —resopló en su
oído. Paula suspiró excitada, Alphonse despertaba en ella todas las emociones
carnales y emocionales.
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